El chorro de material que surgió por la fusión de dos estrellas de neutrones
En agosto de 2017 los astrónomos observaron por primera vez ondas gravitacionales y radiación procedentes del choque de dos estrellas de neutrones. Ahora informan que de aquella colisión estelar emergió un potente chorro de material que, viajando a velocidades próximas a la de la luz, fue detectado en la Tierra con una red mundial de radiotelescopios.
En una galaxia situada a 130 millones de años luz de la Tierra, dos estrellas de neutrones (muy densas, pero tan pequeñas como una ciudad) se fusionaron en agosto de 2017. La colisión produjo ondas gravitacionales, que se registraron con los detectores de LIGO y Virgo, y emitió todo tipo de radiación (gamma, X, radio, luz visible…), observada con multitud de instrumentos desde nuestro planeta.
Una red mundial de radiotelescopios descubrió un chorro de material desplazándose a velocidades cercanas a la de la luz procedente del punto donde se fusionaron las estrellas
Fue una de las noticias científicas del año, pero los investigadores siguieron la evolución del evento (denominado GW170817). Doscientos días después de aquel choque de estrellas, las observaciones combinadas de radiotelescopios de Europa, África, Asia, Oceanía y América descubrieron la existencia de un chorro de materia, que había surgido como resultado de la fusión y se desplazaba a velocidades cercanas a la de la luz.
Los resultados los publica esta semana en la revista Science un equipo internacional de astrónomos, liderado por el investigador Giancarlo Ghirlanda desde el Instituto Nacional de Astrofísica (INAF, Italia) y con una importante contribución española: Benito Marcote del instituto JIVE (Países Bajos), Iván Agudo y Miguel Pérez-Torres del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y Javier Moldón del Jodrell Bank Centre for Astrophysics (Reino Unido).
Después de la colisión, una importante cantidad de material se expulsó al espacio, formando una envoltura que los autores han observado a lo largo de todo este tiempo, al igual que las crecientes emisiones de rayos X y radio. Estas se interpretaban como un ‘resplandor’ fruto de de la fusión, pero quedaban cuestiones sin resolver.
Este chorro mostró tanta energía como la producida por todas las estrellas de nuestra galaxia durante un año
“Esperábamos que parte de este material fuese expulsado en forma de un jet o chorro moviéndose a una velocidad cercana a la de la luz, pero no estaba claro si este chorro podría o no atravesar la envoltura alrededor de la fusión”, explica Ghirlanda.
Había dos posibles escenarios: que el chorro no pudiese romper la envoltura de material, y por tanto únicamente se observase algo como una burbuja en expansión, o bien que el chorro rompiese esa envoltura y siguiese moviéndose por el espacio.
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